Sunday, January 4, 2015

Falta mucho, demasiado todavía, para que Chile se pueda llamar una democracia.

La presencia de criminales de lesa humanidad y el que se les tolere es razón de sobra para decirlo.

Los problemas de la dimensión del brutal crimen se hacen abismantes cuando hay que buscar dichas violaciones al interior de un infierno creado por las dictaduras, las que, constantemente, escondían evidencias, incluían entre los asesinados a aquellos que pudiesen haber sido testigos de esos mismos crímenes. 

Que sea Argentina, Uruguay o Chile, par solo nombrar algunos (y no hablar de Irak, donde el crimen lo hizo directamente Estado Unidos y donde han sido más de un millón los asesinados y seguimos contando) y nos daremos cuenta que esto, como lo sugieren los autores del artículo citado, es necesario que se dicten leyes que den un tono y esfuerzo constante a la investigación de dichos crímenes. Además de establecer leyes que permitan prevenir dichos crímenes. (Turros y Curros, Página12 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-263150-2015-01-03.html )

En un Chile en el que el General en Jefe de la Fuerza Aérea, el Sr. Jorge Robles Mella, se permite indicar que en Chile "los Derechos Humanos están cerrados y zanjados" el mismo día que es ungido por la Presidenta Bachelet (en presencia de ella que es la hija de un general que fue torturado y asesinado por la junta militar en la Escuela de Aviación) suena muy grave. Más aún cuando las Fuerzas Armadas exigen que se les defienda en la Corte Interamericana que puso en duda la validez y el respeto a los Derechos Humanos, el Debido Proceso y los principios de derechos humanos que mantenía y mantiene la Justicia Militar chilena. Para ello el gobierno actual había designado a un miembro de la Corte Suprema a que fuera a San José de Costa Rica a defender el principio usado por las cortes marciales de que los muertos, asesinados y torturados en la Fuerza Aérea, estaban legítimamente muertos por su condición "establecida de ser terroristas". Nótese que eso ocurría en el momento, cuando ellos bombardeaban la Moneda, detenían y torturaban sin descanso, asesinaban al Presidente Allende... Incluso al General Bachelet. Esa "legalidad es la que se trata de mantener en Chile. 

Una buena noticia es que, por lo menos en este momento, la misma Corte Suprema de Chile, invocando el respeto de los Derechos Humanos se haya negado a ir a Costa Rica a "defender la monstruosidad que se les pedía.

Tenemos también muchos otros caso, por ejemplo: El Jefe del Estado Mayor combinado (cargo creado en el gobierno Bachelet-1), General Cristián Le Dantec Garrido tiene graves acusaciones de haber sido uno de los personajes claves de los crímenes de Paine (22 personas) - o también conocida por "Los hornos de Lonquén" (por el lugar donde sus cuerpos masacrados fueron encontrados. Este general "sobrevivió en su cargo pero "metió la mano al dulce" (era también el Administrador Financiero del Ejército) y se compró una casa con dinero del Estado, del orden de millones de dólares. Esta razón, y no otra, hizo que Piñera lo sacara. Pero sin juicio, sin confiscación de haberes, supresión de jubilación y otras regalías abusivas e inmerecidas.

Y tenemos a otro acusado en varios crímenes de lesa humanidad, en los que se incluyen establecer un centro de tortura y torturar personalmente, asesinar y hacer desaparecer presos políticos. A este individuo, Cristián Labbé se le acusa de otros 13 asesinados, en lo que sería la Carpeta de acusaciones en Liquiñe, al interior de Valdivia. Labbé premiado y sin ser juzgado fue Alcalde de Providencia por cerca de 20 años. Y declara que se va a presentar nuevamente a ese cargo. La ceguera de la justicia en Chile y la ausencia de una Constitución democrática, coherente impiden que se juzgado. El sistema lo sigue defendiendo, aunque parezca increíble.

Y hay varios más que son del más alto rango, que pasaron por los ojos-ciegos y culposos de varios presidentes cuando los nombraron Generales en Jefe...  "Cinco de los nueve generales de División que actualmente conforman la cabeza del alto mando del Ejército están cuestionados. El fantasma por su posible participación en causas de lesa humanidad los vuelve a perseguir en los momentos más álgidos de sus carreras. Cerca del 30% de los oficiales de las FFAA y de Orden por sobre el rango de Mayor, hoy en servicio activo, formaron parte de las huestes de la Central Nacional de Inteligencia (CNI), lo que podría generar nuevas interrogantes y conflictos a 18 años del fin de la dictadura (por la dehca del artículo citado: http://terrorismodeestadoenchile.blogspot.com/2012/02/victimas-de-pinochet-cuestionaron-al.html

Una nueva Constitución es una necesidad inmensa que, sin embargo, el gobierno de la misma Presidenta Pinochet se niega  llevar adelante. En cambio, habla de hacer "algo" pero que no cambie mucho, o, mejor dicho que no cambie nada de los determinantes del crimen de las dictaduras: un sistema económico social que compró a las FFAA's y que los puso en su papel definido ayer, y aún hoy día: el de la represión y pretender, por lo dicen, que Chile es una democracia...

Falta mucho para eso. Mucho más. La culpabilidad compartida de los poderes fácticos en Chile sigue funcionando, sin resquebrajarse. Los gobiernos lo demuestran.

(Esta nota se originó en una nueva visita a fines del 2014 al Cementerio de Isla de Maipo donde yacen los restos de los 22 asesinados de Paine. Cinco cadáveres, una fosa común todavía no han sido identificados. José Venturelli )

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